Bradley Cooper interpreta a Pat, un hombre que
estuvo recluido en una clínica de salud mental durante más de medio año, pues
le fue diagnosticado trastorno bipolar después de haber golpeado brutalmente al
amante de su mujer.
El objetivo
de Pat es reintegrarse a su rutina normal, para luego entablar una comunicación
con su ahora ex esposa y así tratara de recuperarla. La primera oportunidad de
volver a charlar con ella, se le presenta cuando uno de sus amigos lo invita a
cenar a su casa.
Ahí conoce a Jennifer Lawrence en el papel deTiffany,
una viuda trastornada quien le ofrece a ayudarlo, siempre y cuando éste sea su
pareja en un concurso de baile. Por lo que puedes deducir, se trata de una
comedia romántica, aunque por un gran lapso del metraje se aleja de lo que el
cine hollywoodense nos tiene acostumbrados, haciendo que su puesta en escena
corresponda un poco más a lo que veríamos en una propuesta independiente.
Lo cierto es
que hay muy pocos personajes y cada uno de ellos tiene un papel importante en
el devenir de los acontecimientos. Creo firmemente que este fue el rol que
catapultó definitivamente a la fama a Lawrence, ya que con este rol le demostró
al público que no solamente es una actriz que pueda interpretar a heroínas,
como lo hizo en la saga de películas de los Juegos del Hambre, sino que su capacidad histriónica le da para
mucho más y puede acomodarse fácilmente en un drama o en una comedia.
Si tienen la
oportunidad de verla, por favor háganlo, no se van a arrepentir. Además, esta
es una de las ocasiones en las que aconsejo ver esta cinta en su versión
original subtitulada, ya que aunque el doblaje en español (Yo vi la versión que
se dobló en México, hay otra doblada en Argentina y una más en España) es
bastante bueno, las infecciones que tiene Tiffany a lo largo del relato, son
mucho mejores si se escuchan en inglés.
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