El
criptógrafo Alan Turing junto con un equipo de expertos es el encargado de
crear un dispositivo que sea capaz de descifrar un código nazi. Benedict Cumberbatch dota a su
personaje de un misticismo y una complejidad que te atrapan prácticamente desde
el primer segundo.
Aunque nos
encontramos en un tiempo histórico en el que la guerra es el principal elemento
de la narración, casi no vemos ningún tipo de escena bélica, ya que el
conflicto que nos atañe sucede precisamente entre cuatro paredes.
Otro de los
elementos que destacan en la película, es la sensación de falta de tiempo,
debido a que cada día que pasa y no se logra “detener al enemigo” fallecen más
y más inocentes (incluidos familiares de los protagonistas).
Aquí tengo
que regresar una vez más a la increíble actuación que nos regala el actor
británico Benedict Cumberbatch, (conocido por muchos de nosotros principalmente
por su rol de Sherlock Holmes en la serie británica de televisión del mismo
nombre). La cámara le dedica a su rostro planos largos, por medio de los cuales
es capaz de transmitirnos una infinidad de emociones que van desde la alegría,
hasta el miedo o la nostalgia dependiendo de la situación que se esté
desarrollando.
Su
contraparte femenina también hace un papel sobresaliente y es que aquí Keira
Knightley demuestra que ha mejorado muchísimo como actriz, desde que la vimos
como “Elizabeth” en la saga de películas de Piratas del Caribe.
Una vez más
el cine nos da la oportunidad de conocer un poco de historia, aunque no sea de
la forma totalmente real en la que ocurrieron los hechos. Ya sabemos que al
pasar acontecimientos verdaderos a la gran pantalla, muchas veces se modifican
algunas situaciones, sobre todo para darle avance al relato principal.
Aun así,
recomiendo ampliamente el visionado de esta película. No olvides dejar tus
comentarios en la parte de abajo de esta entrada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Muchísimas gracias por tu comentario.