Ya han pasado 26 años desde que The Beauty and the Beast de Disney
fue estrenada en los cines de todo el mundo. Me refiero, claro está, a la
versión animada. Debo decir que esta cinta tiene una de las mejores
introducciones que se le ha hecho a cuento de hadas.
Una hechicera, que se hace pasar por una pordiosera es
atendida por un arrogante príncipe, quien no quiere saber nada de ella. En ese
momento, la encantadora revela su identidad y lanza un maleficio, no sólo al
príncipe sino también a todos los sirvientes que ahí habitan.
A él lo transforma en una horrible bestia, obligado a permanecer
así hasta encontrar el verdadero amor. Por otra parte, la servidumbre es
convertida en objetos cotidianos, tales como un candelabro, un reloj, una
cómoda etc.
Quienes hayan tenido la suerte de ver la película original,
sabrán que su estética es impecable. De hecho, se podría decir que los
acontecimientos que suceden en este remake, se cuentan de la misma manera.