viernes, 30 de septiembre de 2016

Review: WALL-E 2008

WALL-E 2008

Este pequeño robot recogedor de basura de nombre WALL·E  en 90 minutos es capaz de transmitir miles de simbolismos, expresiones, sentimientos, pensamientos y sobre todo conceptos filosóficos de una manera sumamente digerible y entretenida con una trama lineal y relativamente simple (algo que muchísimos directores intentan con actores de carne y hueso, pero desafortunadamente queda sólo en un fracaso).

Pixar de nuevo nos trae una cinta con “mensaje” es decir, hace una fortísima crítica social a que cada día nos olvidamos mas del planeta que nos dio la vida (y más aun, pese a nuestros malos tratos nos sigue permitiendo habitarlo) que cada vez somos más insensibles, más egoístas (hasta con nosotros mismos) y peor todavía, dependientes de las máquinas; somos, muchas de las veces zombis informáticos, perezosos etc. Incapaces de expresarnos si no es a través de una computadora.

La película nos exhorta a cultivar, a rescatar nuestras relaciones, además es una invitación a dejar de ver tan solo lo que está a nuestro alcance y alzar la mirada para echar un vistazo a todo lo que hay a nuestro alrededor. Dicho en otras palabras lo que se plantea es que todos nosotros podemos hacer mucho más de lo que pensamos, o de lo que otros piensan que somos capaces.

Ah sí, se me olvidaba el tema del romance……. El cual inmediatamente te remite a las películas de antaño. Aquí es donde queda claro que no es necesario “hablar de amor” para sentirlo y vivirlo (los que ya la hayan visto, sabrán que tengo razón). Ya que a nuestros protagonistas sólo se les escucha gritar desesperadamente sus respectivos nombres. Me quedo con la imagen de ellos bailando en el espacio.

Por otra parte, la música y los escenarios no podrían ser mejores.

En conclusión, una joya técnicamente impecable, en todos y cada uno de los aspectos. Ganadora del Oscar a la mejor película animada de 2008.

Véanla muy, muy buena. Se me olvidaba. Aproximadamente 45 minutos son sin diálogos, aunque siendo honestos, no hacen falta.

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