Review: Ben-Hur 2016

Seguimos con esta interminable ola de remakes, los cuales no aportan nada nuevo y sólo quieren convertirse en blockbusters taquilleros. Éste es el caso de Ben-Hur (2016). Para quienes no lo sepan, esta es la cuarta ocasión en que se lleva a la pantalla grande la adaptación de la novela homónima escrita en 1880 por Lewis Wallace.

La cinta de 1907, tenía una duración de tan sólo 15 minutos y en ella únicamente se plasmó la carrera de cuadrigas

Dieciocho años más tarde aparecería la producción encabezada por Fred Niblo, con un metraje superior a las dos horas y por ende hubo mucho más desarrollo de personajes en esa ocasión.

Llegamos a la que quizás es una de las mejores películas en la historia del cine. Ben-Hur de 1959, dirigida por el cineasta William Wyler (conocido por obras clásicas como La Señora MinIver de 1943 y Los Mejores Años de Nuestra Vida de 1947).

Fue ganadora de 11 premios de la academia, incluyendo: Mejor película, mejor actor y mejor director.

Yo me pregunto… ¿Es necesario hacer una versión moderna de un clásico casi perfecto? Por supuesto que no, pero a continuación daré algunos argumentos para sustentar esa respuesta.

Hablemos primero del protagonista de la historia, es decir del propio Judá Ben-Hur, en la versión de 1959 ese papel fue encarnado por el magnífico Charlton Heston, quien ya era considerada toda una estrella de Hollywood al haber encabezado el reparto de Los 10 Mandamientos de 1956 y Touch of Evil de 1958.

En cambio en este 2016 tenemos en el rol principal a Jack Huston (¿Te suena el apellido? Si es así es porque este sujeto es nieto del afamado realizador John Huston director de obras inmortales como La Reina de África de 1951).

Dentro de la filmografía de Jack no existe ningún trabajo que haya dejado huella en la retina del espectador.

Retomando el tema de quienes se sientan en la silla del director, aquí nos encontramos al kazajo Timur Bekmambetov, conocido por Abraham Lincoln: Vampire Hunter del 2012.

Desde luego, el remake de Ben-Hur tiene algunos efectos especiales que son mejores a los de la película estrenada a finales de la década de los 50. Esto es entendible sobre todo por los avances de la tecnología.

No obstante, si hablamos de estructura y de la trama en general, la película cojea demasiado, pues los actores por momentos llegan a ser literalmente de “cartón “. Además se suprimieron muchas cosas tratando de convertir la narración en algo “épico”.

Esto es apreciable sobre todo en la escena de acción de los esclavos en el barco o en el montaje del clímax.

Por cierto, un histrión que está completamente desaprovechado en esta historia es Morgan Freeman, quien fácilmente pudo ser sustituido por cualquier otro actor.

Ni hablar del desenlace, pues parece sacado de un final de teleserie de los años 70. Seguramente la excusa que tienen los productores al crear una pieza tan nefasta como esta es que los tiempos han cambiado y ahora el cinéfilo ya no quiere (o no puede prestar atención) por periodos de tiempo prolongados.

Por ello, se le da un mayor peso a las explosiones y a piezas musicales intrusivas que únicamente sirven para romper la estética que en un principio se le quiso dar a una cinta como esta.

Les recomiendo que mejor vean la versión en Blu Ray/DVD de 1959. No se van a arrepentir.